El 9 de noviembre de 1989 cayó el muro de Berlín y se ponía fin a la separación de las 2 Alemanias.
Pasados 30 años, parte de la reconciliación nacional se ha hecho mediante la gastronomía de las 2 naciones que albergó el país tras la Segunda Guerra Mundial.
Cuando ya habían transcurrido 15 años de la finalización de la segunda Gran Guerra, Berlín, que estaba en manos de los 4 aliados (Reino Unido, Francia, Estados Unidos y la Unión Soviética), quedó dividida en 2 mitades.
En la zona occidental, los 3 primeros países unificaron sus partes y, de esta forma, se creó la República Federal de Alemania (RFA, demócrata). Como respuesta, la URSS hizo lo propio con el lado este, dando lugar a la República Democrática de Alemania (RDA, régimen dictatorial).
Para celebrar un día tan señalado como el de la caída del también llamado Telón de Acero, compartimos contigo diferentes platos típicos alemanes y rusos, ¿te apetece el plan?
¿Qué ocurrió para que cayera el muro de Berlín?
En 1989, la RDA permitió el paso de civiles a la parte occidental y, así, un 9 de noviembre, civiles y militares se unieron por iniciativa propia y echaron el muro abajo con sus propias manos.
La caída del muro significó el reencuentro de familiares y amigos, así como el final del régimen comunista imperante en la RDA y, en general, el final del bloque soviético en la Europa del este.
La gastronomía, siempre una aliada para la reconciliación y unión de los pueblos
Comenzamos este repaso gastronómico por Alemania y Rusia con el aperitivo estrella del primer país: el pretzel. Puede definirse como un tipo de pan (por tanto, es salado), que suele presentar forma redondeada y que los alemanes toman en cualquier momento. Mucho más saludable que la bollería, puedes tomarte un pretzel con el café de media mañana.
Seguimos con el chucrut porque, aunque no se come solo en Alemania, sí es una receta significativa en este país. Se trata de una especie de plato estofado, dado que cuenta con col fermentada, que acompaña carnes o, también, ensaladas.
A nivel visual, no es la comida más atractiva del mundo, pero esto es solo un prejuicio que su intenso sabor y beneficiosas propiedades se llevan de un bocado.
Otro alimento que no puede faltar en la cocina alemana es la patata. Dentro su universo culinario, destaca la Kartoffelsuppe, un plato tradicional y típico en invierno, que se compone de una sopa o potaje al que se le añaden distintos condimentos. Entre sus ingredientes, destacan, además de patatas, cebolla, zanahoria, apio, pan y distintas especias.
¿Qué hay de la gastronomía rusa?
Arrancamos las recomendaciones rusas con la típica sopa borsch, elaborada con remolacha, un producto muy utilizado en la cocina del país. Perfecta para combatir las bajas temperaturas, existe una variante de sopa borsch fría, que es muy parecida al gazpacho y que se toma en verano.
Si prefieres las carnes, prueba el Stroganoff: trocitos de ternera acompañados de setas y una salsa agria bastante fuerte, que se suele acompañar de arroz.
Y, por supuesto, no nos olvidamos del caviar, un manjar no apto para todos los paladares y bolsillos. En Rusia, existen 2 tipos de caviares: el de salmón (naranja y más barato) y el de beluga (negro y muy caro).
Para terminar, te recomendamos que fusiones en un único menú diferentes elaboraciones alemanas y rusas. Así tu paladar será testigo de una de las grandes reconciliaciones históricas del siglo XX: ¡la reunificación de Alemania!