En este artículo repasamos la nómina de alimentos y productos más propicios para ser congelados de una manera saludable.
Congelar un alimento ofrece varias ventajas estimables. Una de las más importantes tiene que ver con la seguridad: la ultracongelación es un método seguro de conservación de alimentos.
Además, en la creciente popularidad de esta técnica juega un argumento de carácter ético: un alimento ultracongelado disminuye el desperdicio de alimentos.
También hay un matiz de comodidad y celeridad en estos tiempos de agendas sobrecargadas de requerimientos: la velocidad con la que se prepara un alimento congelado es tan alta como sencillo el procedimiento, ahorrando así mucho tiempo y esfuerzo a quienes apuestan por esta técnica para construir su trazo cotidiano con más margen para descansar o para dedicar su atención a otras tareas que consideran más relevantes.
Hay un escenario cotidiano que seguro que nos resulta familiar: llegas tarde a casa, con fatiga de todo un día trabajando y-o cuidando de tus seres queridos.
El caso es que no tienes ni energía ni ganas de ponerte a cocinar, y prefieres optar por una modalidad más sencilla y rápida, como por ejemplo descongelar algún alimento y cocinarlo rápidamente.
Es entonces cuando echas manos de alimentos guardados en el congelador; son productos que funcionan como tabla de salvación frente a la rutina y el estrés, puesto que nos permiten disfrutar de un alimento de calidad en poco tiempo, y sin apenas gasto energético.
De cualquier manera, un elemento clave para que esta operación sea también beneficiosa para nuestra salud es conocer qué alimentos toleran mejor esa clase de conservación.
5 Alimentos que admiten ser congelados manteniendo todo su vigor
Las espinacas
En esa lista de alimentos altamente saludables para congelar despuntan estas plantas cultivadas como verduras.
Entre los beneficios de tomar regularmente esta verdura está la protección del cerebro (son excelentes para estimular la memoria), el desarrollo de una vista más saludable y la regulación de la presión arterial.
El caso es que disponer de una bolsa de espinacas es muy recomendable para emplearla en diferentes elaboraciones, que incentivan el apetito, desde una tortilla hasta un salteado con ajo, e incluso para añadirla a algún batido.
El brócoli y la zanahoria
Algunos estudios recientes han constatado que el brócoli congelado contiene más vitamina C, luteína y betacarotenos gracias al proceso de congelación, mientras que la zanahoria acumula tres veces más luteína, así como el doble de betacaratoneno, más vitamina C y polifenoles.
Entre los beneficios del brócoli figura el hecho de que es bueno para la anemia, fortalece el corazón, regula la la hipertensión, depura el organismo y protege los huesos.
Por su parte, un consumo regular de zanahoria, también muy propicia para la congelación, permite mejorar la vista, proteger la dentadura, regular los problemas intestinales y proporcionar energía al cerebro.
Los guisantes
Congelar este producto se traduce en introducir en nuestro organismo un elemento cardiosaludable y beneficioso para el funcionamiento del sistema nervioso.
Esto es debido gracias a la fuente de minerales, especialmente de fósforo y potasio y, en menor medida, de hierro, calcio y magnesio que contienen estas semillas leguminosas.
Así mismo, los guisantes sobresalen por los niveles de vitamina B3, vitamina B6, vitamina C, vitamina E y folatos que contiene.
La fruta
La fruta congelada está repleta de nutrientes saludables y es una excelente opción para eludir el desperdicio de alimentos, porque, gracias a este método, no se pone mala ni hay que tirarla.
Su consumo se incrementa gracias al proceso de congelado y podemos disponerla en formatos tan útiles como pelada y adecuada en trocitos para consumir o desarrollar recetas que permitan consumirlas en jugoso formato líquido, como batidos y smoothies…
Los frutos del bosque
Por su parte, los frutos del bosque se caracterizan por disponer de una temporada de recolección muy limitada.
De ahí que comprarlos congelados pueda ser una buena opción para disfrutar durante todo el año de fresas, arándanos, frambuesas o moras. Aunque pueden perder hasta un 15% del contenido de vitamina C en el proceso de congelación, este producto sigue siendo una fuente muy saludable de alimentación.
En virtud de sus estimables cantidades de polifenoles, flavonoides y antocianinas, los frutos del bosque, deliciosos para una buena porción de la población, han sido acreditados por la ciencia como un regulador estupendo de la salud cardiaca, así como una fuente de salud coronaria estable.
Su consumo también posibilita que los vasos sanguíneos se mantengan en buen estado.