Analizamos un muestrario de cinco elaboraciones deliciosas de la tierra de Joyce: Irish Breakbast, Irish Stew, Boxty, Cottage Pie y Seafood Chowder.
La cocina irlandesa hunde sus raíces en siglos de cambios sociales y políticos, y le ocurre algo parecido a lo que ya contamos en una anterior entrada sobre la cocina australiana, que conservando la distancia, la influencia británica les ha modelado ciertamente sus «gustos».
Esta gastronomía está integrada por una combinación de preparaciones de las diversas culturas que conviven en la isla, fundamentalmente la inglesa y la irlandesa.
Entre otras cosas, la gastronomía de Irlanda es célebre por el empleo de productos de la tierra y del mar, así como por la calidad de sus materias primas.
5 platos característicos de la gastronomía irlandesa
1- El desayuno típico irlandés (Irish Breakfast)
Hablamos de un festín de productos y elaboraciones energéticas para comenzar la jornada con las dosis adecuadas de vitalidad y vigor.
Normalmente, el desayuno irlandés está integrado por huevos fritos, alubias blancas, black pudding y white pudding, además de beicon y salchichas. También se suele acompañar con tostadas y café.
Cabe señalar, así mismo, que las alubias blancas (white beans en el idioma de Shakespeare) son una de las legumbres predilectas de los irlandeses.
2- Irish stew
Se trata del estofado más reputado de Irlanda. Se elabora con patatas, carne de ternera, zanahorias cebolla, cerveza, caldo vegetal, tomates, laurel, harina, sal y pimienta.
En su conformación, juegan un papel capital los tubérculos y el cordero, también la carne de vacuno.
Como suele suceder con los platos más populares, la receta ‘soporta’ numerosas variaciones, dependiendo de la región dónde se cocine. Como acompañamiento, se suele elaborar con cordero o cabrito.
3- Boxty
Las patatas se importaron en Irlanda en torno al siglo XIX, y desde el primer momento los irlandeses sintieron un ‘flechazo gustativo’ por ellas, pasando estos tubérculos a integrar una parte sustanciosa de la dieta de los irlandeses.
Un idilio que no se rompió a lo largo del tiempo, y eso que la patata fue la protagonista central de la conocida como la Gran Hambruna del siglo XIX, derivada del mal estado y la escasez de este tubérculo que hubo en la isla durante ese periodo.
Hablamos con tanto entusiasmo de la patata en Irlanda por qué el boxty es un panqueque de patata elaborado con puré de patata (hay quien considera esta preparación como una suerte de tortilla de patatas irlandesa).
Está compuesta de patata cruda rallada, suero de leche, harina y sal. Los más convencionales suelen degustar esta delicia por la mañana, acompañándola con huevos y beicon.
4- Cottage Pie
Hablamos de un pastel de carne de ternera, tremendamente popular en la tierra de creadores artísticos de la talla de Bono (el cantante de la mítica banda de rock, U2), Liam Neeson (el actor protagonista de ‘La Lista de Schindler’, entre otras obras fílmicas de arte mayor), James Joyce (autor de ‘Ulises’, una de las obras más épicas y laberínticas de la novelística, con un aliento lírico que lo convierte en clásico de clásicos) u Oscar Wilde (autor de obras inmortales como ‘La importancia de llamarse Ernesto’ o ‘Dorian Grey’) por mencionar solamente algunos de los más famosos.
El caso, decíamos, es que esta maravilla se confecciona dejando que la carne se haga de manera muy despaciosa, mientras se entremezcla con el caldo de la carne, al tiempo que se acompaña con una variado surtido de verduras.
A continuación, se cubre el pastel con puré de patata y se gratina al horno. Hablamos de un plato notablemente calórico, hasta el punto de que pueden localizarse diversas variantes del mismo.
En la más popular, la carne de ternera es el componente primordial. Aunque también se elabora con pescado o carne de cordero.
5- Seafood chowder
Para terminar, queríamos hace referencia a esta sopa, ejemplo característico de cómo los cocineros y cocineras irlandeses exploran las amplias posibilidades que ofrece su rico muestrario de productos del mar.
En cuanto a su textura, esta elaboración, más que a una sopa, se parece más a una crema y sobresale por ser muy sabrosa y densa. El caso es que suele presentarse en un bol, como un plato de entrada.
Aunque también puede servirse en una hogaza de pan, como plato principal. Se elabora con un toque de originalidad que corresponde de acuerdo al lugar en el que se confecciona. En función del criterio de maestro/a de los fogones, puede ser más ligera o más espesa.
Lo que no cambia, en ninguno de los casos, es que debe tener una ración abundante de pescados y gambas.