A día de hoy todo el mundo conoce, por lo menos en países como España, la importancia de seguir una alimentación saludable.
Tenemos acceso a una cantidad inmensurable de información al respecto, los médicos no dejan de hacer hincapié en ello, lo mismo ocurre cuando accedemos a revistas o artículos de salud e incluso influencers en alimentación han comenzado a llegar a millones de personas a través de las redes sociales.
Sin embargo, estos son los preocupantes datos de la población española, con respecto a la obesidad y sobrepeso:
- Población adulta (25 a 60 años) – Con respecto al resto de países de Europa, España se encuentra en una posición intermedia
- Prevalencia de obesidad: 14,5%
- Sobrepeso: 38,5%
- Población infantil y juvenil (2 a 24 años) – Con respecto al resto de países de Europa, España presenta una de las cifras más preocupantes
- Prevalencia de obesidad: 13,9%
- Sobrepeso: 12,4%
Y lo mismo ocurre con otras cifras, como la del riesgo de desnutrición en personas mayores al inicio de un ingreso hospitalario, o el dato que refleja el desperdicio alimentario.
Ahora bien, teniendo en cuenta la gran cantidad de información al alcance, ¿por qué tanta gente es incapaz de comer sano? o, ¿por qué la obesidad no deja de avanzar?
Algunos profesionales explican la doble razón por la que esto ocurre: por un lado, las consecuencias (negativas) que los ingredientes de nuestros alimentos generan en nuestro cerebro. Y, segundo, el sistema de recompensas rápidas creado a través de los malos hábitos, difíciles de desterrar.
Y, ante esta perspectiva, son varias las incógnitas que plantea la alimentación en los colegios, hospitales y residencias, que, como hemos visto, no están exentos de esta problemática (al contrario). Las repasamos, a continuación:
1. Alimentación en los colegios
Según señala la dietista-nutricionista Laura Rojas, el menú escolar debe aportar alrededor del 35% de la energía total diaria. Para ello, da la siguiente pauta: “Un menú variado, menos pescado ¡y de verdad’, menos carne procesada, legumbres siempre, sí a lo nuevo y a potenciar alimentos integrales, y decir adiós a los fritos». Recordemos que cuatro de cada diez niños de entre 3 y 6 años comen en el colegio.
2. Alimentación de las personas mayores y riesgo de desnutrición
La segunda preocupación es el riesgo de desnutrición en las personas mayores. Diferentes estudios señalan como cuatro de cada diez personas mayores se encuentran en riesgo de desnutrición al inicio de un ingreso hospitalario.
Y esto, lógicamente, afecta negativamente al paciente, provocando una peor evolución de sus heridas o mayores complicaciones, ente otras.
3. La problemática de las dietas generalizadas
La tercera incógnita que plantea la alimentación, en este caso también en hospitales, es la falta de personalización en las dietas de los pacientes. Como señalan los doctores Fernández y Suarez, los menús son supervisados por especialistas en nutrición, y, además, son nutritivos y equilibrados. Sin embargo, no existen personalización al respecto de los gustos y creencias de los pacientes.
4. Revisión de los menús en las residencias
De las muchas problemáticas que podríamos analizar, destacamos para terminar la que ha puesto de manifiesto la secretaria general del Codinucat, que señaló cómo el servicio que se presta a los ancianos en las residencias merece una profunda revisión, mostrándose escéptica ante el uso de saborizantes y aromatizantes utilizados para abrir el apetito a personas inapetentes.
Según señala, “Antes que llegar al aromatizante y al saborizante, creo que habría que hacer una buena revisión de lo que se les está ofreciendo”.
Además, son susceptibles de debate cuestiones como la importancia de los nutricionistas en las empresas, la necesidad de que los locales de restauración se reinventen y adapten, o la lucha contra el desperdicio alimentario, que ya tratamos hace tan solo unos meses en nuestro blog.
En cualquier caso, no hay duda acerca de las muchas incógnitas que plantea la alimentación, especialmente tras el Covid-19.
