Todos somos conocedores de la importancia e influencia de la alimentación en nuestra salud.
Sin embargo, no todo el mundo sabe que, en algunas etapas de la vida y desarrollo, dicha importancia e influencia es aún mayor.
Nos referimos a la adolescencia, una época marcada por el incremento de las necesidades energéticas, proteicas y de micronutrientes que supera al de cualquier otra etapa. Para que el lector sea consciente de la importancia de la alimentación durante la pubertad, destacamos que:
- Durante esta etapa se adquiere el 25% de la talla adulta.
- La masa esquelética se aumenta un 50%.
- Se duplica la masa muscular (especialmente en el sexo masculino).
- Y se produce un aumento del volumen sanguíneo y de los órganos internos.
Y todos estos cambios, son fundamentales para lograr el correcto desarrollo y formación de una persona adulta. Además, la adolescencia es un periodo en el que existe un gran riesgo nutricional.
Y, por último, en ningún caso esta debe ser una etapa en la que se creen hábitos poco saludables que contribuyan a crear problemas de salud en edades más adultas.
Hábitos alimentarios y comportamientos de riesgo que pueden desarrollar los adolescentes
A día de hoy, un gran número de adolescentes han desarrollado los siguientes hábitos que deberían eliminarse:
- Restricción o supresión de comidas como el desayuno.
- Abuso de las comidas rápidas, cuya consecuencia principal es la obesidad.
- Ingesta entre comidas de alimentos con un alto contenido calórico y bajo contenido nutritivo (como bollería). Esto reduce el apetito y puede incluso trastocar los hábitos dietéticos.
- Seguimiento de dietas especiales y poco equilibradas que pueden suponer una carencia de nutrientes que afecte al desarrollo y formación de la persona adulta.
- Fumar. Recordemos que el tabaco mata hasta a la mitad de las personas que lo consumen (World Health Organization).
- Beber alcohol, lo que influye en la absorción de vitamina C, vitamina A, tiamina y ácido fólico, aumentando también la eliminación, a través de la excreción urinaria, de zinc, magnesio y calcio, elementos claves en el desarrollo físico y mental.
Consecuencias de una mala alimentación
La principal consecuencia es la falta de nutrientes claves para el desarrollo físico y mental de las personas. Además, como ya hemos señalado, este desarrollo se produce principalmente en la adolescencia. Además, estos hábitos (en situaciones extremas) pueden provocar trastornos alimentarios que generen algunas enfermedades:
La Obesidad: Este es uno de los problemas más graves a los que debe enfrentarse la salud pública a día de hoy. Más de un 25% de los adolescentes varones (en España) sufre sobrepeso, mientras que más del 5% sufre obesidad. En las mujeres, por su parte, más de un 19% tiene sobrepeso y más del 3% obesidad. Y, las consecuencias para la salud de sufrir obesidad son, el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, problemas óseos, hipertensión, cáncer de colon, síndrome de ovario poliquístico, entre otras muchas.
Trastornos de conducta alimentaria: lo que engloba a enfermedades comunes en la adolescencia que tienen rasgos comunes, como la anorexia, bulimia o vigorexia.
En definitiva, es fundamental seguir una buena alimentación en la adolescencia, ingiriendo los nutrientes necesarios para favorecer el adecuado desarrollo físico y mental.
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