Algo se mueve en la gastronomía, y ahora parece que le toca el turno al Instagram…
En el mundo de la gastronomía y la cocina, lo visual es fundamental, no solo la comida nos entra por lo ojos, sino que para divulgar y difundir el contenido culinario, la irrupción del móvil en nuestras vidas, ha dado un vuelco a la grabación o fotografías del recetario tradicional.
Ya quedan muy lejos los extensos tutoriales de Youtube, donde los cocineros amateurs y profesionales desarrollaban su interesante labor culinaria con talento, maestría y sobre todo simpatía, para dar a conocer sus últimas recetas de platos de vanguardia.
No es que vaya a desaparecer ni mucho menos, pero nos despista o «dirige involuntariamente» a contenidos patrocinados…La inmediatez de la información que nos da una imagen o video corto, junto con la fuerza de influencia que tiene un personaje al que seguimos, hace que la red de Instagram esté ganando a pasos agigantados la batalla de la difusión del contenido gastronómico.
Además ya no solo vemos imágenes estáticas en su app, desde sus inicios en el 2013 permite también la captura de videos, antaño de 15″, y ahora ya con el minuto de duración en los que denominan desde la plataforma Instagram Stories.
Un escaparate culinario dinámico, innovador y prescrito.
El marketing online es una de las revoluciones de este comienzo del siglo XXI, y desde las plataformas de conectividad o redes sociales, se nos presenta un universo infinito de posibilidades para compartir, prescribir, difundir o simplemente contar, qué hacemos, para qué o cómo consumirlo.
En el campo de la cocina y la gastronomía, las redes sociales están «de dulce», los perfiles profesionales de influencers del panorama gastronómico o de los propios chefs, comienzan a ser de los más seguidos por las ordas de los voraces consumidores de pantallazos en su móvil, que les muestran esas creaciones mágicas o simplemente deliciosas, de platos de comida.
Comemos a diario y es lógico que nuestro subconsciente esté siempre alerta a recibir con buen agrado todo tipo de impactos relacionados con eso que nos gusta.
Algo parecido a lo que ocurrió en un inicio con la moda, pero que sin perder fuerza, parece que ya ha tocado techo, no en vano no podemos, ni nos gastamos lo mismo en textil que en alimentos…
La incontestable atracción de los filtros.
El sentirte autónomo en la generación de contenido, diferente y sobre todo innovador, ha hecho seguro a los usuarios de las redes sociales protagonistas de una vida pública, que a su vez viste, decora y ambienta muchos momentos del día a día de las personas.
En el campo profesional, las redes sociales se han convertido en instrumentos de marketing que buscan no solo compartir el espacio publicitarios con los medios tradicionales, sino ya casi desbancarlos.
Una parte de este empujón al cementerio de los elefantes de la prensa escrita, la radio o la televisión, han sido las plataformas de imagen y video como Youtube, Facebook, Pinterest, Snapchat o Instagram. su capacidad de contar al segundo una historia, de transmitir un mensaje al mundo con un solo click, y sobre todo la capacidad de generar imágenes espectaculares con un dispositivo de 50€, que encima ¡sirve para todo!.
Ahí es donde entra el valor de adaptar una imagen a un entorno cálido, llenarla de color, difuminarla en el plano o presentar esa tarta de cumpleaños que parece salida de una repostería de los años 60´s.
Eso es Instagram, el valor de tunear tu vida, tu producto o tu receta de forma espectacular, en escasos segundos y a su vez compartirla con una legión de seguidores al instante.