Uno de los campos de los que más se habla últimamente en nutrición es el de la salud mental. Complejo tema del que deben hablar sólo aquellos que han tenido la valentía de dedicar su vida a ello.
En el desarrollo y mantenimiento de la función cognitiva intervienen múltiples factores, muchos de ellos ambientales, lo que dificulta aún más su estudio.
El cerebro es un gran consumidor de energía. Por lo tanto es lo primero a tener en cuenta, sin gasolina (glucosa) no funciona y todo lo demás ya no importa, y si queremos dar lo mejor de nosotros en el trabajo o en la escuela en cuanto a nuestra capacidad mental se refiere el combustible es fundamental para tal propósito.
Por lo tanto, aporte energético adecuado a cada edad y cada estado fisiológico con Azúcar Complejo (no la sacarosa del café). Y no conviene un exceso energético que aumente la vulnerabilidad de las neuronas, acelerando los procesos de demencia al producirse un exceso de radicales libres. No obstante hacer una recomendación dietética exacta sería sencillamente inventársela.
El verdadero Valor del Omega 3
Comenzamos con los Ω-3, más en concreto, ácido docosahexaenoico, comúnmente conocido como DHA (fijarse en la leche infantil, lo ponen destacado). Las evidencias actuales encaminan hacia su importancia en el desarrollo cerebral en el embrión y etapas tempranas de la vida.
Sin embargo no se ha visto que una suplementación mejore la función cognitiva, tan sólo existen resultados en niños con problemas psicomotores. Así que, comamos el pescado que toca, blanco y un poco menos de azul y ya está. ¡Auh, huele mal..y te pringas!
Y no, no pondremos una guía dietética para saber el número de raciones, porque todo el mundo debería tener una en la nevera, en lugar de una foto con su última proeza en parapente…, por decir algo (la pirámide, sí, eso).
Al comer menos ácidos grasos poliinsaturados (los anteriores) de los que toca, rellenamos el hueco con saturados, existiendo paralelismo entre el aumento de problemas cognitivos, y el aumento en el consumo de grasa saturada como la que contiene la carne roja y la carne procesada al estilo comida preparada, embutido, precocinados, fast-food, etc.
¿Y dónde podría estar el problema?, donde hay exceso de grasa, en las placas de ateroma en los vasos sanguíneos. También se estudia la colina, precursora de la acetilcolina (neurotransmisor). La del huevo, hígado, pan.. contribuye a la génesis en gran medida del neurotransmisor.
Pero, ¿nos hace falta más? En general, no. Los estudios apuntan a una posible suplementación solamente en casos muy determinados, debiendo recordarse constantemente.
Un poco de luz sobre las Proteínas
Las Proteínas, como biomoleculas que son, desempeñan un papel fundamental para la vida, como las de sintetizar las propias, la enzimática, la homeostática , etc… ¡Buff, `vamos sobraos!.
Con el ajuste proteico recomendado para nuestra dieta (que no mencionamos como ya hemos dicho) alcanzamos los niveles necesarios y es de prever que en un estado nutricional correcto del individuo, situaciones de competencia entre aminoácidos por atravesar la barrera hematoencefálica (el camino al cerebro) no influyan impidiendo el paso de los necesarios para la síntesis de neurotransmisores, así como pudiese ocurrir con un estado nutricional no adecuado (déficit o exceso de proteínas para este caso concreto).
La homocisteína es neurotóxica y existen estudios en marcha, pero todo no muy concluyente de momento. De forma que el control bioquímico se hace necesario y prever un posible déficit de ácido fólico que tiene como consecuencia el aumento de homocisteína circulante.
En realidad seguimos hablando en relación a las proteínas puesto que la homocisteína es el resultado del metabolismo de la metionina que proviene de las proteínas que ingerimos.
¿Cuántas proteínas? Está en las guías dietéticas traducido en raciones alimentarias.
La dura realidad de las Vitaminas
La vitamina B6 también es importante en la regulación de los niveles de homocisteína contribuyendo a su degradación, e igualmente importante es la Vitamina B12, que también contribuye a la regulación de los estrechos márgenes de la homocisteína entre alguna de sus virtudes, además de ayudar a los efectos del alcohol después de trasnochar…
Por lo tanto debemos prever déficits subclínicos vitamínicos comiendo los grupos de alimentos correspondientes en las cantidades recomendadas, todo lógico y normal. Lo que no está demostrado es que la suplementación vitamínica del grupo B (como las vitaminas citadas) sean capaces de revertir ningún riesgo de deterioro cognitivo.
Así que, otro espaldarazo a los efectos supersónicos de ciertos alimentos…, que es ambigua porque los supone un arma específica contra dolencias complejas, cuando es una falsedad total que por el hecho de comer ciertos frutos solucionemos nada. Lo más concluyente es la relación entre la B12 y el deterioro cognitivo, pero en estudios realizados en personas mayores. Así que si espera ser el número 1 de la oficina a base de chutes de B12… va usted listo.
¿Que más?, antioxidación, como en todo el organismo (Vitamina C, Vitamina E). Lógico. ¿Y podemos comer algún alimento supersónico que aporte una superoxidación tal y como el tono de las informaciones hollywoodienses sugieren?.
Pues no, claro que no. Si, hay alimentos con más vitamina C o E que otros, ya está, así, sin más. Los flavonoides también están relacionados por su efecto antioxidante y existen igualmente estudios en animales que apuntan maneras. ¡Uy, en el vino hay flavonoides…! ¿será un alimento milagroso?… Ojalá.
Los no tan milagrosos Minerales.
Como cabría esperar aquellos esenciales para las células del organismo lo son también para las del cerebro, las neuronas entre ellos.
El Calcio, el Sodio y el Potasio, por su papel en la conducción eléctrica, tendrían unos requerimientos superiores a nivel nervioso, pero la dieta suele aportar cantidades suficientes.
¿Será la Chirimoya un alimento que en realidad en su interior tiene cantidades ocultas significativas de kriptonita? Para los seguidores de los superalimentos, posiblemente, para la ciencia es un alimento con cantidades significativas de potasio y punto.
La dosis perfecta para nuestro cerebro
¿Y qué cubre todo esto?, últimamente la influencia cool o sensacionalista hace que se hable más de un Superalimento, que de nuestra Dieta Mediterránea, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2010 por la UNESCO.
Pienso que en muchos casos porque el concepto mediterráneo se asocia más a gastronomía, aun cuando se emplee el término dieta, y existe una enorme confusión entre nutrición y gastronomía, en el sentido de que todo lo que se llame Mediterráneo en cuanto a alimentos, se corresponde con una forma de gastronomía saludable.
Y no, se corresponde con una dieta saludable, la Dieta Mediterránea, que puede tomar forma utilizando la gastronomía, y si lo hace con los preceptos de la dieta mediterránea, entonces podríamos llamarla gastronomía mediterránea.
Muchos pensarán…¡No no no, es al revés!, No, porque la definición de dieta es: “lo que comemos”, “lo que vamos comiendo”, “con qué nos alimentamos”, dándole tratamiento para poder digerirlo pero no buscando el placer sensorial estrictamente hablando.
Así que sí hay huevo antes que gallina, lejos de ejercicios gimnástico-culinarios extravagantes adornados con bocanadas de estrellas michelín, lo que entra dentro de la categoría «arte».
Tratar la gastronomía como pseudo-ciencia es algo muy, muy antiguo y nada, nada «modernete». Si bien, como el eminente y acreditado padre de la gastronomía Brilliant Savarin definió en su día:
Nutrición, dieta y gastronomía deben andar cogidos de la mano.