A todos nos gusta cuidarnos comiendo bien, y si encima podemos incluir en nuestras dietas ingredientes que nos aporten numerosos beneficios para nuestra salud, mucho mejor.
Cada vez son más los alimentos que se nos presentan como milagrosos y llenos de beneficios. Desde hace unos años, las semillas tomaron el protagonismo de las comidas incluyéndolas en todos los platos posibles: desayunos, ensaladas, condimentando verduras, carnes…
Hoy en día, el ajo negro es el que más capta nuestra atención, y sus beneficios están más que demostrados. No sabe a ajo, pero se puede utilizar como sustituto del ajo blanco, y se añade en salsas, guisos, cremas, croquetas, sopas, postres… En definitiva, para todo lo que te puedas imaginar. El origen de este ajo es la cocina oriental, y su color se debe a un procesado natural por el que el ajo (el blanco que hemos usado siempre) se torna oscuro y su sabor se vuelve más suave y balsámico.
Origen del ajo negro
El ajo negro, como bien hemos mencionado, proviene de la cocina oriental, concretamente de Japón. Su origen es un tanto difuso, y existe una leyenda que cuenta cómo se descubrió por casualidad.
Un científico japonés, que estaba buscando la manera de reducir el olor y suavizar el sabor del ajo blanco para poder consumirlo sin que fuera desagradable, decidió ahumarlo durante un mes. Al abrirlo, se dio cuenta de que el color había cambiado y que tanto el olor como el sabor y hasta la textura, tan características del ajo blanco, habían desaparecido.
Al probarlo, quedó tan encantado que ordenó producir ajos negros en grandísimas cantidades y venderlos. Este producto fue viajando por todo oriente hasta llegar a nuestros hogares.
Beneficios del ajo negro
Algo que hace especial al ajo negro y que lo diferencia, sin lugar a dudas, del ajo blanco, no es solo que no tiene un sabor picante y que no huele mal, sino que cuenta con el doble de antioxidantes. De esta forma, se convierte en tu mejor aliado para prevenir enfermedades o protegerte de las infecciones.
Además, el ajo negro es un maravilloso alimento que ayuda a mejorar la circulación, controlar la presión sanguínea y regular el azúcar en sangre. Igualmente, se ha estudiado su efecto como reductor del colesterol malo, el nivel de lípidos en sangre, y en cierta manera, ayuda a reducir el riesgo de padecer cáncer.
Gracias a sus propiedades, el ajo negro es utilizado como diurético, ya que puede limpiar los riñones, es expectorante y ayuda con problemas respiratorios como el asma. Es energizante, mejora la actividad de la próstata, regula el tránsito intestinal y mejora la digestión.
Si quieres incluir en tu dieta el ajo negro, se suele recomendar que se consuman tres dientes de este ajo por la mañana, con el desayuno. Gracias a su textura cremosa, es posible utilizarlo para untar en las tostadas. Igualmente puedes incluirlo en tu hummus, para picar a media mañana.
Así que ya sabes, si quieres seguir cuidándote y probar nuevos sabores que añadir en tus comidas, lánzate a probar el ajo negro, ¡te encantará!