Un claro ejemplo de creatividad, emprendimiento y sobre todo una magnifica propuesta de reinserción social.
Seguramente jamás habrías imaginado que ir a una cárcel sería una buena idea. Sin embargo, la prisión de Bollate, en Milán, te demuestra que sí podría ser una singular y deliciosa experiencia. Y es que allí se aloja un restaurante de alta cocina que está revolucionando los prejuicios sociales y enamorando a los paladares de quienes lo visitan.
Todo se inició en 2004 cuando un grupo de reclusos solicitaron a la encargada, Lucía Castellanos, poder desarrollar actividades de trabajo afines a sus habilidades mientras cumplían su condena, ya que muchos de ellos era pizzeros, panaderos y meseros. Castellanos, atraída por la propuesta, contactó a Silvia Polleri, una veterana del sector de la alta cocina, a quien le encargó el proyecto.
Sin embargo, el proceso de abrir un restaurante en una prisión llevó su tiempo y fue en el 2015 cuando dicha solicitud se materializó gracias a la inversión privada y pública.
De esa manera, nació el restaurante “InGalera”, cuya traducción textual es “en la cárcel”.
¿Cómo funciona el restaurante dentro de la prisión?
El elegante restaurante con anterioridad era una sala de reuniones para los oficiales de la prisión y, sin duda, su transformación ha sido extrema. En la actualidad, la sala está decorada de forma minimalista y la adornan carteles de cine tales como: La fuga de Alcatraz o La Milla Verde, películas relacionadas con la prisión, algo paradójicamente curioso. Igualmente, los manteles individuales son fotografías de cárceles famosas en el mundo.
In Galera, es atendido por los propios reclusos, lo cual constituye uno de sus principales atractivos. Desde los mesoneros hasta los cocineros todos cumplen condena dentro de la prisión, las únicas personas externas que trabajan en el lugar son el chef y el jefe de sala quienes supervisan el desempeño y la calidad de los platos.
Otra de las curiosidades de este restaurante es que casi todas las legumbres y verduras que se sirven son de la huerta de la prisión.
Su horario de apertura suele ser de 12.15 a 14h y de 19.30 a 22h, de martes a sábado y su página web ofrece la posibilidad de hacer reservas, e incluso se pueden seguir todas sus novedades a través de su fan page de Facebook.
“In Galera”, un ejemplo de reinserción
Más que un restaurante, In Galera se ha convertido en un ejemplo a seguir para otras cárceles del mundo, ya que el proyecto permite que los reclusos se reinserten de una manera más efectiva en la sociedad. De hecho, muchos de los que trabajan en In Galera, son seleccionados en base a la duración de su sentencia para así ayudarlos a encontrar nuevamente su lugar fuera de la prisión.
Además, según un estudio se ha demostrado que la reincidencia de los ex reclusos ha disminuido en un 10%, ya que con la experiencia de In Galera, aprenden a valorar un trabajo, aprenden un nuevo oficio y además contribuyen económicamente con su familia, ya que se les remunera su labor.
Así que, si están de visita en Milán, no dudes en disfrutar de una experiencia diferente, además de degustar de un buen plato italiano en In Galera.
