Las creencias sobre los alimentos y sus propiedades curativas son utilizados de forma incorrecta por las compañías para hacer valer en el mercado su producto, en contra de la realidad de sus verdadera función ene le organismo.
A los alimentos comunes se les atribuye propiedades de todo tipo: la miel, la jalea real, el germen de trigo o el célebre ajo, entre tantos otros, pero no todos los productos son mágicos.
Los alimentos tienen propiedades porque están formados por moléculas que interaccionan con las del organismo, sin embargo, sencillamente, los alimentos no curan, atendiendo a lo que entendemos por sanar.
«Curan los medicamentos; Cura la cirugía; Los alimentos no adelgazan ni desengrasan como el 3 en 1»
Cuando por ejemplo algún nutriente tiene características bioquímicas que lo hacen lipolítico (que moviliza la grasa), ésta característica es inmediatamente utilizada por los departamentos de marketing de las compañías que lo producen para lanzar productos con mensajes esperanzadores..
Muchas veces ésta u otras acciones de los nutrientes se dan sólo bajo determinadas condiciones en nuestro organismo y no siempre que nos tomemos la cápsula milagrosa.
La importancia de las dietas en la salud
Sin la dieta adecuada, el objetivo no se alcanza, y siempre volvemos a lo mismo en nutrición, a la Dieta. No hay más remedio, si se quiere lograr algo , siempre hay que pasar por el control dietético.
Si te quieres tomar bayas importadas del confín del mundo con tal o cual ácido que te dejará la silueta como una espiga de trigo…allá tú. Con o sin producto mágico, sin dieta adecuada no vas a ningún lado.
Pero es que además, el abuso de estos productos también tiene en muchas ocasiones efectos negativos. Por ejemplo el uso continuado de determinados laxantes sin supervisión médica o farmacéutica.
Sin embargo, la correcta combinación de alimentos en el tiempo (la dieta) es la base principal para permanecer con un correcto estado de salud, y adelgazar si dicha dieta es hipocalórica, y prescrita específicamente para el caso de que se trate.
En ocasiones también logrará revertir estados fisiológicos inadecuados, por ejemplo el colesterol elevado, lo que nos librará dela posibilidad de sufrir un infarto. Pero no nos habrá salvado comer nueces o pescado con oméga-3, o mejor dicho, esos productos que se anuncian como ricos en omega-3, sino un estado nutricional correcto.
Pero no, nada nos libra ni nos librará jamás (jamás quiero decir) de ponernos un poco malitos, malitos o muy malitos. La naturaleza es así. De manera que ante toda esa publicidad engañosa que habla de todas esas maravillas gracias a alguno o algunos de los componentes del producto mágico o alimento en cuestión, la respuesta siempre debe ser nuestra desconfianza.
Dentro del capítulo de alimentos “curativos” incluso se abren camino pseudociencias como la «ttrofología«, una rama del naturismo moderno. El problema es singular, pues el número de publicaciones que se pueden encontrar en librerías al alcance de la mano es proporcional al grado de organización de estas corrientes.
Libros como “el poder de los zumos” se venden sin más, cual medicina insegura por internet. Volveré a la confusión que utilizan constantemente con el único fin de recaudar dinero: los zumos tienen vitaminas. Las vitaminas son buenas en las cantidades adecuadas. Científicamente demostrado. Los zumos no curan nada. Éste un peligro sanitario de primera magnitud.
El isbn registra gratuitamente los libros. De manera que están controlados. Ahora hace falta inspeccionarlos. Porque la salud de los ciudadanos está supuestamente protegida por ley. De nuevo, al igual que pasa con las dietas mágicas de las que ya hablé, la sutileza de los términos científicos resulta un buen caldo de cultivo para generar falsas expectativas sobre los resultados del consumo de ciertos alimentos y productos.
Así poco a poco iremos desgranando y avanzando en posteriores entradas, cúales son y cómo son esos productos o alimentos milagrosos que si bien contienen propiedades muy beneficiosas para el organismo, por si solos no son fuente de Beatificación Alimenticia.