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La cesta de la compra para tener a punto despensa frente al coronavirus

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Mantener una despensa equilibrada y duradera es la mejor arma gastronómica para proteger nuestra salud durante el aislamiento

Las imágenes de colas en los supermercados y de estanterías vacías en grandes superficies, han hecho que el miedo se apodere de la población ante el temor de que haya un desabastecimiento de productos de primera necesidad.

Para poner un poco de calma y aconsejar sobre qué alimentos sí es conveniente tener en la despensa en caso de aislamiento, desde el Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa) han elaborado una serie de recomendaciones para la sociedad, en caso de tener que pasar una cuarentena en casa debido al contagio de COVID19 (Coronavirus) o en caso de ser población de riesgo que decida no exponerse a contagios.

Se han establecido distintas clasificaciones de alimentos en función de si puedes, o no, comprar en grandes cantidades.

  • Los alimentos perecederos como las hortalizas que aguantan mucho y muy bien el paso del tiempo. Es el caso de la col, la coliflor, la col lombarda, las zanahorias o las cebollas. Descartaríamos de este listado el brócoli y también alimentos como la lechuga o los tomates”. Las verduras es recomendable no almacenarlas en la nevera.
  • Las frutas, los profesionales de la alimentación distinguen entre las «frutas climatéricas», que son aquellas cuyo proceso de maduración no termina en la recolección y, por tanto, duran menos tiempo en nuestras cocinas. Es el caso del plátano, la manzana y la pera. En el otro lado de la balanza se encuentran las frutas llamadas “no climatéricas” que son las que recomiendan comprar por durar mucho más tiempo. Por ejemplo, naranjas o mandarinas, que no se ponen malas por maduración sino por otro tipo de agentes externos, como los hongos.

Una despensa saludable y duradera

actualidad gastronomicaA la hora de hacer una buena despensa que dure lo máximo posible, se recomienda comprar en mayor cantidad alimentos no perecederos o con unos procesos que alargan su vida útil.

Se trata de alimentos que ya vengan cocidos, como por ejemplo las legumbres o verduras en lata o bote de vidrio, que tienen además una fecha de caducidad a largo plazo, o aquellos que se pueden comprar crudos, como legumbres secas o arroz.

No se incluye en este listado la pasta elaborada con harinas refinadas, ya que se trata de un alimento nutricionalmente superfluo que no aporta ni vitaminas ni minerales. En caso de querer consumirla, mejor integral; sin embargo, es preferible utilizar ese espacio para legumbres.

Por lo que se refiere a las latas y conservas, como atún, sardinas o moluscos, son algunos de los productos estrella debido a que ocupan menos volumen, no requieren refrigeración y su fecha de caducidad es lejana en el tiempo. Eso sí, recomiendan que siempre sean con aceite de oliva virgen, evitando aceites refinados, o en su defecto al natural.

Con menos actividad física debemos cuidar más la nutrición

Al estar más tiempo en casa la actividad física va a disminuir, hay que limitar e incluso suprimir los productos procesados de mala calidad como es la bollería.

Otros alimentos más saciantes como frutos secos, encurtidos o el grano de maíz para hacer palomitas caseras, podrían ser buenas opciones para almacenar.

Los nutricionistas dan, además, vía libre a los congelados, siempre y cuando no sean precocinados o ricos en sal o grasas de mala calidad. Pescado y carne congelada, verduras congeladas o fruta congelada son un buen sustitutivo del alimento fresco ya que conserva todas sus propiedades nutricionales, pero no una pizza o unas varitas de pescado.

Por lo que respecta a los lácteos, se pueden comprar varios litros en brick si ha tenido procesos térmicos como el UHT, pero el problema es el espacio para almacenarlos. Lo mismo ocurre con las bebidas vegetales, como las de soja, almendra o arroz

Sin embargo, no es conveniente hacer acopio de grandes cantidades de lácteos fermentados, como yogures, ya que requieren refrigeración. Otros como los huevos son alimentos que pueden almacenarse varios días fuera o dentro de la nevera, pero no vale sacarlos y meterlos, ya que pueden formarse gotas por el cambio de temperatura, y aumenta el riesgo de salmonelosis.

En definitiva, hay que ser muy coherente s con la situación de la epidemia y debemos en tanto en cuanto se pueda optimizar la compra, no sobreabastecernos y si el teletrabajo nos lo permite seguir el lema de #QuédateEnCasa  para colaborar con la minimización de los contagios.

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