La revolución en la gastronomía nos deja una muestra significativa de los adelantos de la tecnología en hostelería del siglo XXI
La revolución tecnológica ha invadido todos los ámbitos de la vida cotidiana de las personas, y la gastronomía y la alimentación no se han quedado rezagadas. En las diferentes vertientes de la cocina se están obteniendo los frutos de prolongadas investigaciones en este campo, muchas veces con forma de herramientas que facilitan el control de los ingredientes y los procesos culinarios, haciendo más fácil la vida entre fogones. El Internet de las Cosas, las innumerables aplicaciones que se pueden instalar en móviles, tabletas y ordenadores, y otras innovaciones han dado, sin duda, una nueva dimensión al mundo de la cocina.
A continuación se exponen algunos de los progresos tecnológicos que han hecho mucho más fácil cocinar y agradar a los comensales, y de los que la nutrición y la dietética pueden sacar mucho provecho.
La cocina molecular
Esta es, sin duda, la revolución más llamativa a nivel gastronómico. Demuestra que jugando con la física y la química es posible reconvertir los sabores y las texturas, dando como resultado un sinfín de novedosas experiencias en el paladar que estimulan el ocio gastronómico. Toda una representación de laboratorio con las ingentes posibilidades que dan las ciencias y los ingredientes alimenticios.
La tabla de cortar del futuro
El surcoreano Jaewan Jeong ha diseñado un artilugio destinado a cortar sobre él los alimentos sin dañar las encimeras, comportándose paralelamente como un asistente de cocina que señala el punto exacto donde debe darse el corte y la cantidad precisa para el plato que va a elaborarse, al margen de informar sobre sus aportes nutricionales. Además, es capaz de sugerir recetas detalladas para que el cocinado sea más sencillo y eficiente.
El uso del nitrógeno líquido
El nitrógeno, cuyo punto de ebullición es de menos 196 grados (lo que significa que a esa temperatura está líquido), es el invitado estrella de la cocina futurista por su incomparable capacidad de refrigeración, ideal para conservar frutas y verduras manteniendo impecables sus propiedades. Incluso, hace posible la congelación de alcoholes destinados a utilizarse como materia prima para innovar con texturas y sabores, así como congelar y secar por deshidratación en frío el aceite.
Sensores de alimentos
Sensores de alimentosEstos aparatos rastrean la presencia de sustancias químicas, potencialmente tóxicas y razonablemente frecuentes en los alimentos, como pesticidas en productos vegetales y antibióticos en productos animales. Con una exigua muestra de alimento son capaces de detectar su presencia, arrojando el resultado en breves instantes.
Montadores de espumas
Un montador de nata modificado es capaz de transformar en espuma cualquier mezcla de ingredientes, sea cual sea su estado y condición, a base de monóxido de nitrógeno en cápsulas que, además de hacer innecesario el empleo de emulsionantes, grasas o clara de huevo, respeta el bouquet propio de la mezcla realizada.
Impresoras en 3D
Aparatos que actúan como mezcladores de ingredientes cuyo resultado es impreso, contemplando normalmente la ejecución de un procesado culinario posterior. Elaborar y crear en un solo gadget, en forma de impresora de comida
Resulta ideal para hacer galletas, crepes y postres con infinitas formas y posibilidades.
Es muy interesante cómo la tecnología aporta nuevos métodos de tratar alimentos que son capaces de cambiar no sólo el aspecto físico final de la elaboración, si no hasta del sabor de los mismos.
Esto es importante teniendo en cuenta que hoy en dia cada vez nos alejamos más de la comida tradicional de finales del siglo XX, donde sin duda las protagonistas eran las que hoy llamamos abuelas.
Muchas gracias por tu comentario Alberto,
No puedo estar más de acuerdo con el destacado papel que nuestras abuelas ocuparon a finales de siglo, pero estamos ya en el XXI y la sociedad cambia, las costumbres evolucionan y lo procesos se mejoran. La globalización y la tecnología la entendemos desde el magazine como un aliado para mejorar, sin abandonar la inestimable labor de origen que realizaron nuestros antepasados, que sin ellos no hubiera sido posible tal avance al que estamos siendo testigos… ¡Y lo que queda por llegar!