El consumidor de pan está tendiendo cada vez más a elegir productos sin gluten para su consumo diario, el porqué te sorprenderá
Un alimento tan tradicional como es el pan no es inmune a los cambios de paradigma que vienen sucediéndose en las sociedades humanas modernas.
En este sentido, se aprecia un aumento del consumo del pan sin gluten de forma generalizada en todo el territorio nacional español.
Aunque se trata de un alimento base para la mayoría de las culturas que han estado poblando este mundo, es en la cuenca del mediterráneo donde el pan se considera un alimento fundamental, siendo parte imprescindible en la dieta de las civilizaciones nacidas en este entorno desde tiempo inmemorial.
Sin embargo, en los últimos años, un fenómeno ha tomado fuerza en este entorno de la alimentación, el creciente consumo de pan sin gluten.
Los cambios de consumo en la alimentación
Es sorprendente el giro, ya que se trata de un producto que inicialmente estaba destinado a personas con enfermedad celíaca, por lo que nadie podía pronosticar un consumo de grandes dimensiones.
Sin embargo, cada vez más consumidores sin esta afección lo eligen por diversas razones, desde la percepción de una mejor digestión hasta la creencia de que es una opción más saludable.
El incremento en la demanda ha obligado a la industria alimentaria a desarrollar opciones más variadas y accesibles, logrando que el pan apto para celíacos no solo cumpla con los requisitos de quienes padecen intolerancia al gluten, sino que también se convierta en una alternativa atractiva para cualquier persona.
Ya sea con la utilización de harinas de arroz, almendra o quinoa, los fabricantes han perfeccionado texturas y sabores que ya están compitiendo con el pan tradicional.
¿Qué hay detrás del auge del pan sin gluten?
La salud digestiva es, probablemente, el principal impulsor para que los consumidores opten por eliminar el gluten de su dieta.
Aunque solo el 1% de la población mundial padece celiaquía, existe un porcentaje significativo que sufre de sensibilidad al gluten no celíaca.
Estas personas no tienen una reacción autoinmune como los celíacos, pero experimentan síntomas digestivos como hinchazón, gases, fatiga e incluso problemas en la piel tras consumir productos con este compuesto.
Por otro lado, algunos estudios han sugerido que ciertos tipos de gluten pueden llegar a generar inflamación en el intestino, incluso en personas sin intolerancia diagnosticada.
Esto ha llevado a que muchos consumidores prueben el pan sin esta proteína y descubran que se sienten más ligeros o con menos molestias digestivas.
¿Es realmente más saludable el pan sin gluten?
En términos nutricionales, el pan sin gluten no es más sano que el pan tradicional, incluso dependiendo de su procedencia se puede llegar a afirmar lo contrario, ya que algunos de estos productos contienen más azúcar, grasas o aditivos con el fin de mejorar la textura y el sabor.
Los beneficios, por tanto, van a depender del tipo de pan elegido.
- Los panes sin gluten elaborados con harinas integrales, frutos secos y semillas sí son una alternativa rica en fibra, proteínas y grasas saludables.
- Por otro lado, aquellos hechos con almidones refinados, como harina de maíz o fécula de patata, tienen un menor valor nutricional.
Es por ello que la clave no está solo en eliminar el gluten, sino en elegir opciones de pan más naturales y con ingredientes de calidad.
El marketing gastronómico y la percepción del consumidor
Tal y como era de prever, la industria alimentaria ha sabido aprovechar la tendencia sin gluten y ha convertido este tipo de productos en sinónimo de alimentación saludable.
En muchas ocasiones, el etiquetado “sin gluten” crea en el consumidor la percepción de que el producto es mejor, aunque no siempre sea el caso.
Esto ha hecho que muchas personas, incluso sin problemas digestivos, se sumen a la tendencia por recomendación de influencers, dietistas o simplemente por curiosidad.
Y aunque no hay nada de malo en probar opciones sin gluten, es fundamental leer las etiquetas y asegurarse de que el pan elegido es realmente una alternativa nutritiva.
¿Se debe dejar de consumir pan con gluten?
La respuesta a esta pregunta va a depender de las necesidades de cada persona.
Si se padece celiaquía o sensibilidad al gluten, el cambio es necesario y traerá beneficios claros para la salud. Pero si no presentas problemas digestivos, eliminar el gluten no es obligatorio.
Lo que sí es recomendable es revisar la calidad de los panes que se consumen. Reducir o eliminar los panes ultraprocesados, ricos en harinas refinadas y azúcares, y optar por versiones integrales, con semillas y menos aditivos, que mejorarán significativamente la calidad en la alimentación.
En conclusión, el auge del pan sin gluten responde a una combinación de factores: mayor conciencia sobre la salud digestiva, mejor oferta de productos en el mercado y un fuerte impacto del marketing.
No se trata solo de una moda pasajera, sino de una tendencia que ha venido para quedarse. Y, como ocurre con cualquier decisión alimentaria, lo más importante es informarse bien y elegir lo que realmente beneficie a nuestro cuerpo.
