Analizamos las tendencias alimentarias cara al porvenir: tecnología para la trazabilidad de los alimentos, productos sostenibles y de proximidad o vegetales que hoy no consumimos
Si continuamos con el actual paradigma productivo y empresarial alimentario, en el 2050 solo habrá comida para alimentar a la mitad de la población mundial.
El caso es que, con el modelo actual, la mitad de la producción de alimentos es perjudicial para nuestro planeta, generando pérdida de biodiversidad, degradación del ecosistema y estrés hídrico.
Para contrarrestar esta tendencia, en el futuro se apostará de manera equívoca por los productos de calidad, sostenibles y proximidad. Además, será más relevante que nunca la seguridad alimentaria y ubicar el origen de lo que comemos.
En esa dinámica, el blockchain (un conjunto de tecnologías que permiten llevar un registro seguro, descentralizado, sincronizado y distribuido de las operaciones digitales) adaptado a la producción de alimentos será crucial.
Con lo cual, será imprescindible que se produzca un cambio de paradigma (en la manera de concebir y de organizarnos) en la industria y concepción alimentaria.
También se habla del papel relevante que cobrará la tecnología en consumir productos cuyo consumo actual no es sostenible, como la carne y el pescado, al tiempo que se exploran vegetales infrautilizados o no empleados en el ámbito culinario a día de hoy.
Un cambio de paradigma la alimentación, vital para nuestro futuro como especie
Sea como fuere, parece que el veganismo y el vegetarianismo van a crecer exponencialmente. Un dato ilustra esa tendencia: algunos científicos calculan que, si los seres humanos nos alimentáramos del grano que ahora mismo está dedicado al consumo animal, se podría dar de comer al doble de la población mundial actual.
Un dato que cobra una dimensión esencial (diríamos que necesaria, esperanzadora e inaplazable) si consideramos que, en nuestro tiempo actual, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el organismo de asistencia sanitaria de las Naciones Unidas, cifra el número de personas subalimentadas en 811 millones de seres humanos.
Otro dato contextualiza la necesidad de replantearnos el modo en que se estructura el modo de alimentarnos, así como las industrias e ideologías que se organizan en torno al ámbito de la alimentación.
Al ritmo actual en el que crece la población mundial (en 2050 se estima que haya casi 10.000 millones de personas en el planeta), parece claro que la comida del futuro va a ser muy distinta a la que hoy disfrutamos.
Principales tendencias que definirán el modo de alimentarnos en el futuro
Carne elaborada en el laboratorio
Los científicos están desarrollando a pasos exponenciales tecnologías que permitirán que, a partir de una célula, crear comida para abastecer a toda la población mundial.
El gran dilema es el siguiente: ¿realmente falta comida en este mundo? Más que de cantidad, parece un problema de distribución…
Para cambiar ese paradigma pues, deben armonizarse los avances científicos con un modelo más solidario de estructurar las relaciones políticas, empresariales y sociales entre pueblos y personas.
Comidas vegetales poco exploradas.
Disponemos de unas 150.000 plantas comestibles catalogadas como tal, y tan sólo consumimos 150 de ellas, dicho en cálculos aproximados.
Para explorar y aprovechar ese potencial, WWF (El Fondo Mundial para la Naturaleza, una organización que se encarga de velar por la conservación del medio ambiente) sugiere un listado de los 50 alimentos del futuro, centrado en opciones accesibles de alimentos más eficientes, nutritiva y medioambientalmente.
Una propuesta en la que figuran proteínas vegetales como las legumbres, así como carbohidratos diferentes a los 3 mayoritarios: el arroz, el maíz y el trigo. También está la col rizada, muy similar al Kale, pero mucho más barata.
En esa lista de alimentos a potenciar, con alto valor nutritivo y de propiedades que estimulan la salud, también están açai, quinoa, chia, trigo sarraceno, cúrcuma, bayas de goji, edamame, espirulina, kale, guanaba y kéfir.
Tendremos que acostumbrarnos a comer menos productos de origen vacuno
El caso es que la tendencia actual de sobreexplotación de la ganadería no es sostenible, debido a la gigantesca huella hídrica que esas prácticas generan en todo el planeta.
Pongamos un ejemplo para dimensionar los efectos perniciosos de esa dinámica: para que nos comamos un kilo de carne de ternera se gastan 13.000 litros de agua, mientras que para producir un kilo de hortaliza no llega a 40.
Así pues, tendremos que optar por buscar las proteínas de origen animal en nuevas especies, como por ejemplo los insectos, que van llegando poco a poco. O en la ya mencionada confección de las carnes hechas en laboratorio.
La sorprendente manera en la que evolucionará el consumo de pescado
En la gastronomía del futuro, comeremos especies que ahora no consumimos.
En ese sentido, hay que tener en cuenta que sólo conocemos en torno a un 5% de los seres pueblan el océano. En ese sentido, la cantidad y calidad de los alimentos que podrían consumirse es tremenda. Además, nos tendremos que acostumbrar al pescado de cultivo.
Con la actual dirección, dentro de 25 años habrá cosas que serán valoradas como la orfebrería de la gastronomía marítima, en esa consideración se enmarcarán preparaciones tan jugosas como las que se refieren al pulpo, el rodaballo o la merluza salvaje.
La información es salud y los electrodomésticos del futuro serán nuestros asesores dietéticos de cabecera
Valorar la calidad, propiedades nutritivas y saludables de los alimentos y las materias primas con las que cocinamos es una información preciada y que, en ocasiones, desconocemos. Sobre todo, con los productos frescos que se venden a granel.
En el futuro, los electrodomésticos nos proporcionarán todos estos datos a través de sofisticados algoritmos que empezarán a funcionar cuando metamos los alimentos dentro de ellos, traduciendo ese conocimiento de una manera sencilla y bastante didáctica (todo lo humana y comprensible que permite la inteligencia artificial de ese futuro momento, que con el actual de ritmo de desarrollo de esa vida sintética, será bastante elevado.
Análisis personalizado de la comida, que estará lista para llevar y consumir
Por último, resulta muy interesante conocer la predicción para el futuro en materia de alimentación de Gregorio Varela, catedrático de Nutrición por la universidad San Pablo CEU y presidente de la Fundación Española de la Nutrición, que en el futuro se estimulará la alimentación ‘Prêt-à-porter´, una expresión francesa que significa textualmente listo para llevar.
De igual manera que hoy en día hay tallas de ropa, en el futuro puede que haya un etiquetado tan detallado que podamos conocer en el momento si ese alimento será saludable para nosotros o no. Y lo sabremos gracias a nuestro perfil genético
Es decir, tendremos tanto conocimiento y tan concreto, que sabremos si a nuestro cuerpo le sienta mal una clase específica de pescado, porque no lo podemos digerir o porque no aprovechamos los nutrientes. O si la pasta nos genera más engorde que a los demás.
Personalmente creo que ese es el gran reto de este tipo de comida, la de hacerla sostenible y, sobre todo, que todo el mundo pueda acceder a ella, que sea asequible. Bajo mi punto de vista, creo que la industria alimentaria debe transformarse para garantizar los recursos naturales y así poder minimizar su impacto en el entorno. Muy interesante todo lo que comentas,.
Estimada María, muchas gracias por leernos y seguirnos.
la paradoja de la innovación y la sostenibilidad, siempre sale a reducir cuando vemos avances dentro de la alimentación, pero el futuro poco a poco nos irá mostrando si se ha elegido el buen camino de cara a cubrir las necesidades de la especie humana…
un saludo