Alrededor del mundo existen diferentes culturas, estilos de vida o preferencias que han generado que en la actualidad existan una multitud de dietas entre las que escoger.
En España, por ejemplo, existen numerosas dietas como la mediterránea, vegetariana, vegana, y otras menos conocidas como la flexitariana, de la que hablaremos a continuación.
Y, aunque posiblemente sea la primera vez que escuchas el nombre de esta dieta, la realidad es que ya suma un importante número de seguidores en nuestro país.
De hecho, puede incluso que seas flexitariano y que aún no te hayas dado cuenta. Pero no te preocupes, podrás comprobarlo leyendo este post.
¿Qué es la dieta flexitariana o flexitarianismo?
Esto es seguramente lo primero que te hayas preguntado. La dieta flexitariana es aquella cuya alimentación se basa en una dieta vegetariana, pero sin renuncian a los alimentos de origen animal, pudiendo consumir de forma ocasional y por diferentes motivos productos de dicho origen, como marisco, carne, pescados, etc.
Además, para los adeptos a esta dieta, consumir carne no representa un sentimiento de culpa.
En cuanto a sus beneficios, los alimentos de origen vegetal y sus correspondientes nutrientes aportan una ingesta esporádica de aquellos de procedencia animal, pero sin entrar en los “excesos” de consumir únicamente alimentos vegetales, como ocurre con otras dietas.
¿En qué se diferencia de la dieta vegetariana?
Existen una gran diferencia entre esta dieta y la vegetariana. La primera diferencia es evidente: los vegetarianos renuncian a la carne, pescado y huevos, mientras que los flexitarianos no lo hacen.
Por lo tanto, no se debe cometer el error de pensar que los flexitarianos son “vegetarianos a medias”.
Sin embargo, sí es cierto que el origen del nombre de esta dieta está estrechamente relacionado con el vegetarianismo, ya que se forma de la unión de los términos flexible y vegetariano. Esto no significa que la dieta flexitariana sea un subtipo dentro de la vegetariana.
Y, en cuanto al maltrato animal, como ya hemos señalado, los flexitarianos no tienen sentimiento de culpa, aunque bien esto es la teoría y no tiene por qué corresponderse con la práctica individual. De esta forma, los flexitarianos sí pueden preocuparse en mayor medida por cuestiones relacionadas como la agricultura biológica, ganadería extensiva o pesca sostenible, entre otros asuntos similares a estos.
En resumen, la dieta flexitariana se basa en seguir un estilo alimenticio flexible en tanto que permite los alimentos de origen animal de forma esporádica, y que además sigue en la justa medida las bases de la dieta mediterránea, aunque incluyendo una gran variedad de verduras, frutas, legumbres, etc.
Para concluir, podemos decir que esta dieta busca conseguir una alimentación más saludable y sostenible, siendo baja en grasas naturales y colesterol, cardiprotectora, alta en nutrientes y fibra.
