Constantemente escuchamos la importancia de alimentarse correctamente y de hacer ejercicio, pero, ¿por qué es tan importante hacerlo?
Principalmente, por dos motivos: en primer lugar, comer bien y ejercitarse de forma regular te ayuda a mantener tu peso ideal, sentirte con más energía y ánimos, ser más feliz e incluso tener una vida más larga, es decir, genera grandes beneficios.
Sin embargo, dejando a un lado las ventajas, muchas veces es necesario explicar las desventajas de no hacerlo para así poder comprender la importancia de, en este caso, de la alimentación y el ejercicio.
Nos referimos a la multitud de enfermedades y problemas provocados por la mala alimentación y el sedentarismo, que no es otra cosa que aquel modo de vida caracterizado por la falta de ejercicio físico.
Enfermedades y otros problemas provocados por una mala alimentación
- Diabetes
- Osteoporosis
- Cáncer De Colón
- Sobrepeso y obesidad
- Hipertensión arterial
- Hipercolesterolemia
- Gota
- Caries
- Enfermedades cardiovasculares
Estas son solo algunas de las consecuencias de seguir una mala alimentación. Para evitarlas, es necesario seguir una “dieta saludable», aunque el objetivo debe ser siempre que la alimentación saludable se convierta en un estilo de vida, más que en una dieta que pueda durar uno o dos meses.
Y por dieta o alimentación saludable nos referimos a una que tenga las siguientes características:
- Debe ser completa, aportando hidratos de carbono, proteínas, vitaminas, grasas, minerales y agua.
- Equilibrada, de tal manera que los nutrientes sean repartidos proporcionalmente.
- Suficiente, ingiriendo la cantidad de alimentos adecuada. Tampoco es conveniente alimentarse en exceso.
- Adaptada para la edad, el sexo o la actividad física que realice cada persona.
- Y, por último, variada, debiendo contener alimentos de cada grupo: lácteos, frutas, carnes, etc.
Enfermedades y otros problemas relacionados con el sedentarismo
Y en cuanto a las enfermedades u otros problemas provocados por el sedentarismo, destacan las siguientes:
- Obesidad
- Enfermedades del corazón
- Presión arterial alta
- Colesterol alto
- Accidente cerebrovascular
- Síndrome metabólico
- Diabetes tipo 2
- Ciertos tipos de cáncer
- Osteoporosis y caídas
- Depresión y ansiedad
Todas estas se producen como consecuencia de quemar menos calorías, perder masa muscular y resistencia, tener unos huesos más debilitados, un metabolismo afectado, un sistema inmunitario menos eficaz, mala circulación de la sangre, mayor inflamación del cuerpo o un desequilibrio hormonal. Todo ello conduce a las enfermedades señaladas, y a otras.
A la hora de ejercitarte, deberás tener en cuenta tu edad. A partir de los 18 años se recomiendan los ejercicios de fuerza, coordinación y resistencia, mientras que de los 30 a los 40 (a excepción de los deportistas) las personas deben orientar su ejercicio a mantener una buena salud cardiovascular.
Por su parte, a partir de los 40 se recomienda evitar los deportes d alto impacto, siendo más beneficiosos para la salud otros como el ciclismo o el yoga. Y, por último, a partir de los 50 se recomiendan deportes como la natación o caminar, aunque por supuesto esto es simplemente una orientación y depende en gran medida de la salud de cada persona.
Para concluir, destacamos que lo que no está en discusión es la importancia de seguir una dieta equilibrada y realizar ejercicio físico durante al menos 30 minutos diarios, lo que te ayudará no solo a evitar los problemas y enfermedades mencionados, sino que también te permitirá beneficiarte de todas las ventajas explicadas al principio de este post.