La ciudad francesa alberga entre sus valores a miles de restaurantes, chefs y denominaciones de origen.
Lyon es la eterna segundona detrás de París y Marsella en lo que a población se refiere, pero esto no la deja de lado, su intensa actividad culinaria y demás actividades relacionadas con el mudo de la alimentación, han desembocado en la apertura el próximo año de la “Ciudad Internacional de la Gastronomía”.
Se trata de un centro que aglutinará los conocimientos de la cocina, la nutrición y la salud. Tres disciplinas intensamente relacionadas y en este caso en la ciudad con unas sinergias fuera de lo corriente
Esta antigua capital de la Galia, es un gran centro mundial de empresas de sanidad y no existe mejor lugar de unión entre la mejor gastronomía y la salud.
La inauguración del centro está prevista a finales del año próximo y cuyas obras han comenzado, dentro del recinto de un antiguo hospital renacentista situado en el centro de la urbe, un excelente escaparate para la mejor fusión de las tendencias culinarias y nutricionales.
La futura Ciudad de la Gastronomía.
La ciudad cuenta con dos millares de restaurantes, que regentan prestigiosos chefs, los cuales tienen en sus chaquetas casi un centenar de estrellas Michelin, destacando el archiconocido y venerado Paul Bocuse.
Igualmente dentro de estos auténticos atributos para ser y ostentar el prestigioso reconocimiento gastronómico, cuenta también con medio centenar de denominaciones de origen de productos alimenticios y de bebidas.
La Ciudad Internacional de la Gastronomía realizará u será un perfecto homenaje al “gusto”, a través de la historia alimenticia de nuestros antepasados y así comprender de manera más efectiva la actualidad gastronómica.
Desde sus inicios, será considerada un palacio gastronómico, mucho más aun que un museo culinario, donde el visitante no solo mire, sino también pruebe, y así poderse sentir como un verdadero rey.
Entre las actividades que tiene ya programadas desde su inauguración, destacamos la invitación anual a un país de referencia, que en esta primera edición le corresponde a Japón y sus Chefs, que durante todo el año nos deleitarán con su maestría y saber hacer en el arte culinario.
Igualmente, un producto será el venerado durante los 365 días de celebraciones gastronómicas, y para comenzar la andadura del centro, el elegido será el Trigo, un verdadero hilo conductor de las culturas gastronómicas de occidente.
La ciudad emana y radiará gastronomía por todos sus poros, y no en vano ya regenta un prestigioso galardón por parte de la Unesco como patrimonio inmaterial de la humanidad.
Una ciudad con un pasado muy gastronómico.
La historia de la restauración y el gusto por la cocina, se remonta al siglo XIX, donde las esposas de trabajadores de la industria de la seda, importantísima y motor de la economía floreciente de todo el valle del Ródano, cansadas de hacer horas muertas en casa, decidieron invertir más tiempo en la elaboración culinaria de forma minuciosa y creativa.
Todas estas mujeres y auténticas precursoras de la moderna cocina francesa, casi todas, con pocos recursos económicos y en muchos casos solas por su viudedad temprana, comenzaron a trabajar como sirvientas en casas de ricos burgueses de la ciudad, donde pusieron en práctica las habilidades culinarias que habían ensayado durante años.
Así nació el auge u el prestigio de la cocina de alta gama a precios populares que fue poco a poco instaurándose en la ciudad a través de los restaurantes que muchas de ellas comenzaron a regentar. Allí se formaron infinidad de cocineros varones, como el propio Bocuse, que entró como aprendiz en la cocina de la madre Brazier, la primera mujer en obtener tres estrellas Michelin en 1933.