La innovación en el sector de la restauración está en pleno auge y los conceptos híbridos son buena prueba de ello.
Antes del final de siglo sabíamos donde comíamos y donde comprábamos ya que los conceptos de ocio y aprovisionamiento estaban claramente diferenciados.
La irrupción de la tecnología, la globalización y sobre todo las nuevas formas de cautivar a los cliente en los centros de compra nos trajeron las degustaciones a pie de tienda. ¡Ya lo puedo montar!
Quizás ese fue el principio, pero desde hace siglos muchos colmados ofrecían a sus clientes la posibilidad de tomar algo en un espacio reducido de la tienda. Aunque su existencia generalmente era debida a que no existía homónimo en la zona y por ende allí se despachaba todo.
Esta figura poco a poco ha ido tomando forma y el concepto de bar que tradicionalmente asociábamos a consumir, ha pasado a denominarse Gastrobar, Templo de experiencias, food, drinks & take away, etc…
Esta forma de construir espacios multidiscliplinares donde el cliente puede comer mientras compra o compra mientas come, tiene una clara influencia anglosajona y me atrevería a marcarla sobre todo americana, donde la #CustomerExperience (Experiencia de Cliente) es lo que prima.
Las grandes urbes del otro lado del charco han sido durante la ultima mitad del siglo una fuente de inspiración incesante de nuevos conceptos culinarios, más que en la elaboración, sobre todo en la forma de dispensar y servir.
Fijemonos como ha irrumpido el concepto de la Street Food en nuestras ciudades y sobre todo el furor de los Food Truck, que parecen nuevos y desde los años 30 en EEUU ya recorrían las carreteras interestatales en busca de nuevos clientes en cada feria comarcal o bien en cualquier rincón bullicioso del pueblo más cercano.
La falta de tiempo o bien la necesidad de cautivar al cliente para que no descubra en la competencia nuevos productos o servicios, hicieron que los detallistas se especializaran en más facetas que la simplemente anunciada en su cartel o eslogan.
Así podemos ver ya espacios en nuestras calles donde el comer es una verdadera experiencia sensorial, a la par que permite adquirir esa base de productos yo complementos que nos han servido anteriormente.
De la Tienda al Restaurante
En esta linea están los espacios gourmet de los grandes almacenes, que el Corte Ingles ha llevado a sus pasillos de la mano de los Partners que comercializan sus productos en sus lineales, y han dado el salto a hacer sentir al cliente que su producto no solo se compra sino también se toma, par probarlo o bien para llevárselo…
Estos espacios Gourmet que así los denominan, ya existían en los archiconocidos Harrods de Londres, donde el visitante acudía a la planta baja del establecimiento como si de una sección de oportunidades se tratara, a disfrutar de un almuerzo o comida diferente, alrededor de columnas y vitrinas llenas de los productos como los que nos iban a servir,
Como si de una acción de marketing de atracción se tratara, terminaba llenando una nueva bolsa de esas exquisiteces, para poderlas disfrutar de nuevo en tu casa cuando volvieras a la madre patria.
Hoy la evolución es mayor y los espacios de tienda, buscan rincones donde ofrecer el producto al cliente para enseñárselo, darle de comer con su materias primas o bien recomendarle a través de la consumición las formas de elaboración, una perfecta linea 360º de acción comercial que embauca al cliente en una Marca y sobre todo otorga una diferenciación sobre la competencia.
Del Restaurante a la Tienda
Lo que no podíamos imaginar en los albores del siglo XXI era que los bares iniciaran elementos disruptivos para alcanzar la tan buscada segmentación, y consiguieran no solo dar de comer y beber, sino también, vender los platos, los vasos y gasta las raciones…
Las tiendas de pollo y fas food, han sido verdaderos artistas en ofrecer el producto de alimentación sin mirar la comodidad en la sala y basando su oferta en el Take Away, compras aquí pero te lo comes más cómodo en casa.
Ahora todo esta cambiando y los espacios de degustación están flanqueados por excelentes muestras de menaje que previa prueba en la sala, nos desatan una voraz furia consumista y terminamos completando una vajilla para que nuestras cenas y comidas sociales, se conviertan el especiales, a través de los elementos que nos ofrecían en el restaurante. Una nueva forma de satisfacer al consumidor dandole la exclusividad de comprar en el lugar de consumo.
Otra faceta es la de comprar materia prima o manufacturas realizadas a partir del producto del restaurante, ya sean conservas, bandejas, etc, en definitiva llevarte a casa o la al oficina los manjares del propio restaurante para disfrutarlos en otro lugar u otro momento.
Todo esta nueva puesta en escena lleva consigo la creación e espacios donde el diseño juega una partida fundamental convirtiendo a los locales en Concept Stores que resaltan sobre la generalidad de manera inusual pero nada desdeñables.
En definitiva, se trata de vender y hacer sentir al visitante como en casa o como en el bar…