El vino tiene varios acompañantes en su viaje desde la elaboración hasta su consumo y uno de los más importantes en el momento de su cata o degustación es la copa.
- El Tamaño de la copa actúa sobre el aroma y la calidad
- La Forma actúa para los matices de cada uva, debiendo tener tener forma convexa de tulipa cerrada.
- El Tallo, afecta a la temperatura, buscando longitudes adecuadas a cada tipo de vino.
- El Diámetro del borde afecta al sabor influyendo en la postura de degutación del vino y por ende a la zona de la lengua, dónde percibimos lo dulce, lo ácido, lo salado y lo amargo.
- El Cristal, afecta la color del vino y al gusto a la hora de beber.
7 Copas, una para cada tipo de Vino
- Copa Tipo Burdeos, idónea para los vinos de estructura muy marcada y que presentan mucha amplitud en boca con final prolongado e intenso. Su altura de forma es un factor fundamental para conservar el aroma de los vinos que se sirven en ella, manteniendo la concentración frutal en el aroma y en la posterior degustación. Y no debemos dejar sin destacar su curvatura prolongada para que ente en boca con poca inclinación. Perfecta para tintos de Crianza y Reserva y de Taninos elevados y de uvas con carácter como las Tempranillo, Malbec, Syrah, etc.
- Copa Tipo Borgoña, es la perfecta combinación para los vinos tintos que presentando cuerpo dominante y alta acidez, sus taninos son más moderados. Su forma más corta y amplia panza, dirige el vino al entrar en boca hacia la parte de la lengua que nos percibirá el dulzor y la parte frutal del mosto. Al estar más abierta, el aroma saldrá de manera más intensa destacando sus matices. Tintos finos, jóvenes y de poca barrica.
- Copa tipo Pinot Noir, muy versátil y casi siempre relacionada con los vinos jóvenes claros y rosados, aunque los tintos de crianza demuestran perfectamente su carácter en ella. Su fondo amplio y el cáliz alargado, cáliz alargado y que se estrecha en la boca.
- Copa tipo Riesling, es la que viste mejor al blanco, su altura y curvatura dirige directamente al vino a la punta de nuestra lengua para reducir la acidez y potenciar la fruta que previamente a entrado con su aroma en la nariz al estar firmemente atrapada en el diámetro estrecho de su forma. Los vinos elaborados con monovarietales de uva blanca como la Sauvignon blanc, Verdejo, Viura o Gewürztraminer son los perfectos para catar en ella.
- Copa tipo Chardonnay, es la que asociaríamos no solamente a los elaborados con la uva que lleva su nombre sino también a los blancos fermentados en barrica. Con su balón muy amplio y la curvatura hacia el interior, entra en boca potenciando aromas y accediendo a la lengua en la parte posterior para matizar la crianza y el final prolongado.
- Copa tipo Cava o Cuveé, ideal y casi única para los espumosos o con algo de carbónico, para mantener la burbuja en elevación el mayor tiempo posible y gracias al largo y estrecho balón, la entrada en boca hace que explote toda la efervescencia en el interior y en la punta de la lengua para reducir la acidez. El Champagne solo sabe vivir en ella, nunca se debe servir este en las de diámetro amplio y balón amplio y bajo.
- Copa tipo Jerez, por último para los olorosos y vino de postre, donde su tallo corto ayudan a atemperar el líquido y su movimiento a lo largo de la curvatura mantienen el aroma y entra en boca sobre la punta para prolongar el aroma y el gusto hasta el final de la lengua y potenciar su sabor.