Se acercan las celebraciones navideñas, hogareñas y caseras por excelencia en esta latitud del globo, pero durante este mes hemos apreciado un auge inusitado de ciertos productos gastronómicos no tan usuales por estos lares.
La carne de canguro, los filetes de cebra, haburguesas de camello y hasta saltamontes fritos comienzan a ocupar lugar en las cartas de los restaurantes.
La cocina internacional cada vez tienen mas arraigo en las principales ciudades españolas y ya no es tan extraño visitar un restaurante mejicano donde no solo sirven tacos, los insectos son un manjar muy apreciado en el país centroamericano y los saltamontes fritos hacen las delicias de sus comensales, dejando para el final del menú los esféricos escamoles (huevos de hormiga), especialidad del estado de Guanajuato, recientemente elegida capital iberoamericana de la gastronomía.
Otra de las tendencias actuales es el gusto por lo oriental. Cual Marco Polo, los chefs acuden a las fusiones de la gastronomía asiática para sorprender y vestir de vanguardia sus creaciones, pero lo que no podíamos imaginar es que detrás del sashimi (pescado crudo) podía llegar la medusa o la lengua de pato.
Sushi, cous cous, ceviche, tartar, ya forman parte de nuestra gastronomía independientemente de que sea elaborado por el más tendencioso de los restaurantes internacionales, los nuestro, ya fusionan y eligen estas elaboraciones para competir con los tan manido cocidos, huevos rotos, fabadas o lentejas.
No queremos menospreciar a nuestros platos pero es cierto que lo tradicional tiene su hueco y nunca desaparece, pero los tiempos de crisis han hecho refrescar el ingenio de los artistas culinarios y la mejor manera de salir adelante ha sido la especialización y la diferenciación…
Además lo exotico «crea tendencia».
Las propuestas arriesgadas empiezan a trasformarse en valor seguro para alcanzar el éxito, eso si con buena creación, innovación y mucha dedicación.
Ya no nos suena a chiste la cría de los bueyes «kobe» y su especial alimentación y tratamiento wellness de sus lomos masajeados. La tradición así lo contempla.
Destacados locales del país ya muestran entre sus manjares y exquisiteces, antílopes, marsupiales de las antípodas y veloces aves de huevos descomunales que solo al nombrarlo nos da una idea de la «buena pinta que tienen».
Los madrileños Burguer Lab, Platos Rotos y Latitud, los barceloneses El Santuari, La Cova del Masnou, el maño Orkídea Negra de Zaragoza o El Asador Almansa de la capital hispalense son buena muestra de ello y sus cartas son de las más exclusivas en carnes exóticas.
Volviendo a los invertebrados, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lanzó hace ya más de un año una recomendación de consumo culinario de estos animalitos, conocidos como insectos, como medida para ayudar a combatir el hambre.
En nuestras latitudes, se usaron como cebo para la pesca, como divertimento infantil observándolos a través de un tarro de mermelada o como compañeros de viaje en las acampadas campestres, pero como comida no forma parte de nuestra cultura.
Ahora bien su ingesta es realmente común en otros continentes que alcanzan casi el 80% de la población mundial, caso de Asia, Africa y America del sur, teniéndolos como un gran alimento y nutricionalmente hablando como un o de los mejores aportes de proteínas.
Encontrar en España materia prima es difícil, no porque no la haya, sino porque lo que se consume son especies de otras latitudes, aunque existen dos locales, El tan aclamado últimamente Punto MX de Madrid y La cantina Machito de Barcelona, donde se puede degustar unos escamoles y exquisiteces de 6 patas muy sorprendentes denominados «chapulines»
Será moda, tendencia pero esta vanguardia culinaria, tradicional en sus oriundos orígenes, ha venido para quedarse, y no es raro ver ya en nuestras mesas las huevas de erizo de mar o las huevas de esturión, siempre y cuando la economía domestica lo permita y de momento su cotización es elevada, pero siempre nos queda la Chatka de Surimi y las huevas de lumpo para dar color y sabor a los preparados navideños.
¡Feliz Navidad y disfrutad de las celebraciones culinarias!
